Las diferencias entre vinos crianza y reserva

Crianza y Reserva son posiblemente las etiquetas más valoradas por los consumidores en lo que respecta a los vinos españoles. Sin embargo, al contrario de lo que muchos piensan, no tienen nada que ver con la calidad, sino que se trata de una forma de catalogarlos según su tiempo de envejecimiento. Pero, ¿sabes qué significan realmente y en qué se diferencian?

Definiciones: vinos crianza y reserva

Tanto Crianza como Reserva son términos usados tradicionalmente sólo en España y que hacen referencia al método de elaboración del vino, al envejecimiento, a la calidad, al color, al lugar de procedencia o a un acontecimiento específico relacionado con la historia. Con lo cual, se trata de menciones protegidas únicamente en nuestro país y no pueden ser usados en productos de la mis categoría vinícola que no tengan derecho a ellas.

El vino de Crianza es aquel que ha tenido un periodo de envejecimiento de al menos 24 meses, de los cuales, pasa entre 6 y 12 meses en barrica y el resto en botella, sellada con corcho en posición horizontal y en un espacio oscuro. En el caso de los vinos rosados y blancos, puede considerarse crianza a partir de los 18 meses, aunque el tiempo mínimo en barrica no cambia. Conforme permanece en barrica, este vino va ganando matices y aromas que le va confiriendo la madera y, una vez distribuido, puede conservarse entre 5 y 10 años embotellado.

El vino Reserva tarda más en producirse, al menos 3 años. De este tiempo, tiene que permanecer al menos 12 meses en barrica y el resto del tiempo embotellado en las mismas condiciones de temperatura, iluminación, humedad y posición que el vino de Crianza. Reciben su nombre porque en la zona de Haro (La Rioja) los productores acostumbraban a guardar las botellas de buenas cosechas a modo de “reserva”. Lo que se sigue haciendo en la actualidad en la mayor parte de las bodegas de nuestro país.

Cuáles son los criterios para clasificar un vino como crianza o reserva

A efectos de protección, la Ley de la Viña y el Vino de España determina que los vinos pueden emplear determinadas denominación en función de las condiciones de crianza. Una clasificación que siempre ha generado cierta polémica.

Aunque el objetivo es conseguir que los vinos sean más fáciles de identificar, lo cierto es que no resulta nada fácil llegar a un consenso para unificar criterios. Cada bodega cuenta con su propia manera de proceder, sin que el tiempo de envejecimiento sea el único elemento que determine la tipicidad de sus caldos. También se tienen en cuenta la procedencia, la añada y el terreno, por ejemplo.

Debido a ello, en el año 2015 se derogaron algunos artículos de esta normativa, incluyendo el que hacía referencia a esta diferenciación por tiempo de envejecimiento. Sin embargo, la mayor parte de los vinos la continúan aceptando, aunque sea de manera orientativa, de modo que el consumidor pueda contar con una guía sobre el tipo de vino que va a adquirir.

Las denominaciones de origen del vino en España

Proceso de envejecimiento: Crianza vs. Reserva

El tiempo de envejecimiento de los vinos de Crianza y Reserva puede variar en función de si se trata de un tinto o un blanco.

Tintos

  • Crianza: tiempo de envejecimiento de 24 meses antes de salir al mercado. Como mínimo 6 de ellos en barrica.
  • Reserva: periodo de envejecimiento de 36 meses antes de ser comercializado. Como mínimo 12 de ellos en barrica.

Blancos

  • Crianza: tiempo de envejecimiento de 18 meses antes de ser comercializado. Como mínimo 6 de ellos en barrica.
  • Reserva: periodo de envejecimiento de 24 meses antes de salir al mercado. Como mínimo 6 de ellos en barrica.

Hay que tener en cuenta que estos procesos de envejecimiento con mínimos,  incluyendo el periodo total el tiempo de barrica. Además, la barrica tiene que ser de roble y contar con una capacidad máxima de 330 litros. Pero cada denominación de origen establece sus mínimos y la capacidad de sus barricas. Además, no hay que olvidar que esta clasificación proporciona información sobre el proceso de elaboración del producto, pero en ningún caso determina su calidad. Podemos encontrar vinos excepcionales jóvenes, robles, crianzas, reservas o grandes reservas.

Características y sabores: cómo diferenciarlos

En lo que respecta a las características de cada tipo de vino, hay que destacar que la barrica siempre aporta un equilibrio y unos aromas que hacen que el vino mejore considerablemente.  Pero hay ciertas diferencias que podemos encontrar entre los vinos de Crianza y Reserva.

Los vinos de Crianza presentan matices frutales y muy aromáticos gracias a las propiedades que van adquiriendo durante la maduración en barrica. En cambio, los vinos de Reserva poseen una mayor complejidad, con sabores y aromas más marcados que los vinos de Crianza. Además, su capacidad de duración es más alta. De hecho, tienden a mejorar con el paso de los años.

Cuál es la diferencia entre vino crianza y reserva

Cestas de Navidad: escoger el vino perfecto

Al hablar de cestas de Navidad, la elección del vino puede marcar una gran diferencia. Una cesta de Navidad con vinos es un regalo muy apreciado que puede reflejar buen gusto y sofisticación. Al seleccionar entre un vino Crianza o Reserva para incluir en tu cesta, es esencial considerar el perfil de quien recibirá el obsequio.

Las cestas de Navidad con vinos Crianza pueden ser perfectas para aquellos que prefieren un vino más frutal y menos tánico, mientras que las cestas con vinos Reserva podrían ser ideales para los amantes del vino que disfrutan de sabores más complejos y robustos.

Además, una cesta de Navidad con vinos puede ser una excelente manera de explorar los distintos tipos de vinos y sus características. Incluir tanto un vino Crianza como un Reserva en tu cesta de Navidad puede proporcionar una experiencia de degustación variada y educativa, permitiendo a los destinatarios comparar y contrastar los sabores, aromas y matices de ambos vinos.

En última instancia, una cesta de Navidad con vinos bien seleccionados puede brindar una experiencia única y memorable, más allá del deleite de los productos navideños tradicionales. Ya sea un Crianza o un Reserva, recuerda que el verdadero valor de la cesta de Navidad reside en la calidad y el cuidado puesto en su selección, convirtiendo cada sorbo en un verdadero regalo.

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