Origen del brindis: por qué se brinda con cava en Navidad y Nochevieja

El origen del brindis es un tema del que se tienen muchas nociones, aunque pocas referencias contrastables. Muchos afirman que la tradición proviene de la antigua Roma, Antes de Cristo. Otros sitúan esta práctica tan festiva en el siglo V, precisamente tras la caída del Imperio Romano a manos del Imperio Germano. Sin embargo, si nos vamos al diccionario etimológico, la palabra brindar data del siglo XVII y su origen es, curiosamente, alemán. La cuestión es que parece haber un origen entrelazado entre la cultura romana y la germánica, así que vamos a ahondar de donde viene eso de brindar en Navidad y Nochevieja y porqué lo hacemos con champán y cava ¡chin, chin!

La leyenda del brindis

Cuenta la leyenda que los antiguos romanos, afamados por su afición al vino y las fiestas, decían que este caldo se podía oler, tocar, ver y saborear, pero no se podía oír. Así, para que todos los sentidos disfrutasen del vino, comenzó la tradición de chocar las copas con el objetivo de hacer ruido. Sin embargo, esto es tan solo una leyenda y la realidad, como veremos ahora, es mucho más cruda.

La historia del brindis: una medida de seguridad

Si nos remontamos a las sociedades civilizadas más antiguas, echar veneno en la copa era una estrategia política y económica de lo más habitual. Los primeros venenos utilizados por el ser humano ya se empleaban en el año 4.500 A.C. aunque no es hasta el año 331 A.C. que aparecen los primeros registros históricos de envenenamiento en la bebida. Esto sucedía en cualquier clase social y no era exclusivo de emperadores ni reyes.

Al principio los venenos eran más sencillos, pero el éxito de esta práctica era tal que la investigación incrementó notablemente y pronto se convirtió en un método demasiado habitual. De hecho, los árabes desarrollaron el arsénico inodoro e incoloro, lo cual lo hacía prácticamente indetectable. Así pues, el avance en la ciencia de los venenos seguía su siniestro curso y la problemática crecía enormemente.

Es por eso que, en algún punto de la historia entre el 331 A.C. y el siglo V, surgió una peculiar medida de seguridad frente a estos venenos en bebidas. En reuniones en las que personas de gran relevancia se juntaban para realizar algún tipo de acuerdo político u económico, ambas chocaban sus copas enérgicamente con el objetivo de mezclar las bebidas. De este modo, si alguna de las copas estaba envenenada, ambas personas perecerían. Tal medida prevenía muchos de los envenenamientos hasta tal punto que se extendió rápidamente por todo el globo. O eso es lo que defienden muchos aficionados a la historia.

Los vikingos y el brindis

Dado que la época en la que surgió el brindis corresponde con el azote de los vikingos sobre el Imperio Romano, muchos otros teorizan que fueron ellos quienes trajeron consigo esta medida de seguridad. Y es que más de un poblado vikingo germano o galo se rindió ante las tropas imperiales para unirse a Roma. No obstante, los romanos eran bastante traicioneros y no era de extrañar que acabasen envenenando a los líderes vikingos para imponer su mando por completo. Este contexto ha dado pie a que muchos consideren que los vikingos optasen por brindar con cualquiera con tal de asegurarse las espaldas.

El brindis en la Edad Media

No obstante, esta teoría también tiene muchos detractores. No fueron tantos los pueblos germanos que se rindieron ante los romanos de manera pacífica. Por algo se conoce a los vikingos por su amor por la batalla. De modo que debemos avanzar un poco en la historia para buscar otro posible origen.

Precisamente, a partir del siglo V comenzó la caída del Imperio Romano y su inevitable separación en pequeños reinos. Este hecho supuso el nacimiento de muchas familias nobles, y es que  la política de la época era de lo más convulsa. Allá donde hubiese un pueblo con una pequeña fuerza militar y algo de tierras en su poder, se erigía un nuevo rey, auto-denominado Káiser o César. Dado el pequeño tamaño de los “reinos” y la necesidad de cohesión, eran muchos los que casaban a sus hijos e hijas con familias “reales” vecinas para expandir y asegurar su territorio.

Obviamente, muchos de estos matrimonios eran tan solo estratagemas para reunir a la familia enemiga en un mismo sitio y acabar con ella. Casualmente, una de las formas más habituales de hacerlo era mediante los venenos. Como consecuencia, brindar para evitar la muerte se generalizó en todas partes.

origen del brindis

La transformación del brindis en una tradición

Desde el oscuro origen del brindis hasta el día de hoy ha tenido lugar un gran cambio en esta particular costumbre. Tanto que, de ser una costumbre basada en el escepticismo, ha pasado a ser una tradición basada en la confianza. Curioso cambio, pues se posiciona justo en el lado opuesto de la balanza.

Aunque, si lo analizamos bien, no resulta tan extraño. La lógica nos dice que, en algún punto de esta rocambolesca historia, el método del envenenamiento por copa en un banquete frente a decenas de testigos dejó de ser la mejor forma de asesinato. De hecho, probablemente nunca fuese el mejor método. Sobre todo si, por culpa del brindis, personas que no eran el objetivo corrían peligro.

A pesar de ello, el miedo a ser envenenado perduró durante mucho más tiempo. Por eso la costumbre se mantuvo mientras que el número de victimas del envenenamiento en banquetes empezó a reducirse. Casualmente, esto empezó a suceder a partir del siglo XVI, con el fin de la Edad Media.

Así pues, llegó un momento en el que la gente brindaba como lo había visto hacer siempre a sus padres y abuelos sin saber porqué lo hacían. Además, la naturaleza humana, tan dada a darle significado a las cosas, emparejó el brindis con el deseo de salud, bonanza y celebración, ya que era propio brindar en las fiestas. Es por eso que hoy en día brindamos en cualquier celebración, pero sobre todo en Navidad y en Nochevieja que es cuando mayores deseos solemos tener.

¿Por qué decimos la palabra brindis?

Curiosamente, la palabra brindis proviene del alemán “Ich bring dir’s”, que significa “Yo te lo traigo”. Y otra vez nos sumergimos en la histórica batalla entre alemanes y romanos. Resulta que en 1527 las tropas de Carlos V, Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, saquearon la ciudad de Roma. Cuando lograron la victoria celebraron su hazaña alzando sus copas y las chocaron los unos con los otros a la vez que gritaban “yo te lo traigo” en honor a su emperador. Este hecho histórico nos muestra que alzar la copa y chocarla para celebrar ya era una tradición más que expandida en aquellos tiempos.

Cabe añadir que Carlos V también era Rey de España, solo que aquí se le conoce como Carlos I. Por ese motivo esta anécdota se popularizó por todo nuestro país y le dio nombre propio a ese acto de alzar las copas. Debido a ese Rey y la popularidad de la hazaña de aquel batallón los españoles decimos la palabra brindis. Mientras, en el resto de países se utilizan expresiones muy distintas.

Por qué brindamos con cava o champán en Navidad

En cuanto a la bebida utilizada para brindar, los relatos históricos nos muestran que no había preferencia. Eso si, siempre se solía brindar con alguna bebida alcohólica ya que era común en las celebraciones. Por tanto, ya fuese con vino, cerveza o sidra, brindar no se limitaba a una sola bebida.

De todos modos, con el tiempo una bebida se erigió como la favorita para brindar. Se trata del vino blanco espumoso de calidad, mejor conocido como cava. Cabe señalar que el Champagne o Champán es un tipo de vino blanco espumoso de calidad con su propia denominación de origen.

El motivo que puso al cava como favorito para brindar tuvo lugar en el siglo XVII. Durante esta época llegó a ser muy difícil conseguir una botella de este caldo. Tanto que el cava adquirió la connotación de bebida de reyes y empezó a verse como un símbolo de riqueza, lujo y fortuna. Llegados al siglo XX, sin embargo, el cava ya se podía conseguir en cualquier sitio y su consumo incrementó como la espuma.

Así es como, para atraer esa fortuna y riqueza la gente empezó a brindar con una bebida que se consideraba elitista y se reservaba para ocasiones muy especiales. Y es que ¿qué es más especial que brindar con cava con tu familia en Navidad y en Nochevieja?

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