¿Cómo seleccionar el mejor cava para estas Navidades?

En nuestro blog hemos tratado en numerosas ocasiones sobre ese gran manjar que es el vino desde su base, estudiando las diferentes clases de uva autóctonas en España, diferenciando sus diferentes caldos o, incluso, cuál es la mejor forma de devolverles cada nota de sabor según cada tipo de decantación. Pero hoy queremos centrarnos en un tipo de vino muy especial: el cava.

¿El cava es un vino?

Pues sí, el cava es un vino. Aunque todavía, a día de hoy, mucha gente desconoce que el cava no es ni más ni menos que un tipo de vino espumoso y tienden a darle una categoría diferenciada. Concretamente, se encontraría dentro de la categoría de vinos blancos y rosados espumosos. Lo definimos así porque, aunque su sabor puede ser muy diferente del de los demás caldos de uva blanca, su materia prima sigue siendo la misma y el proceso de elaboración para su obtención coincide con el de los demás hasta llegar a su última fase.

Denominación de origen protegida del cava

Pero no todo vino blanco o rosado espumoso es cava… Para serlo, además debe cumplir con los requisitos que estipula su Denominación de Origen, de la que ya te hablamos en este artículo. La Denominación de Origen Cava, es una D.O.P. cuyos territorios se extienden a nivel supra-autonómico, por lo que está repartido entre las siguientes provincias:

  • Álava
  • Badajoz
  • Barcelona
  • Gerona
  • La Rioja
  • Lérida
  • Navarra
  • Tarragona
  • Valencia
  • Zaragoza

Si bien, la mayor producción corresponde a las provincias catalanas, encontrándose su sede en Villafranca del Panadés. En concreto, el consejo regulador de la D.O.P. Cava vigila que se cumpla con todos los estándares de calidad desde la recolección de la uva hasta su elaboración y puesta en mercado.

Para alcanzar este nivel de calidad, la materia prima debe proceder en su integridad de las viñas circunscritas a este C.R. y aplicar el modo de elaboración tradicional. Este método también es conocido por su nombre en francés como “Méthode traditionelle” o “Méthode Champenoise”, al ser el mismo que se aplica para la obtención de Champagne, un primo hermano del Cava amparado por su propia D.O.P en Francia.

En resumen, consiste en someter el mosto a una doble fermentación:

  1. la primera de ellas, como el resto de vinos, en barrica o contenedores de acero inoxidable.
  2. La segunda fermentación, esta vez, en botella, durante al menos entre nueve y dieciocho meses.

Tipos de cava para estas Navidades

En función de la bodega, entre las uvas más empleadas para la elaboración de cava encontramos la Macabea, la Xarello o la Parellada, de las que puedes conocer más en este artículo. También, por su vinculación con los espumosos franceses, a menudo se emplean Pinot Noir y Chardonay. La diferencia de dulzor entre cada tipo de uva nos dará como resultado diferentes tipos de cava, y le dotarán de notas y características particulares que permiten jugar con variados maridajes. Recuerda que puedes encontrar lotes gourmet en nuestra tienda que incluyen botella de cava y están pensados, precisamente, para tener los mejores maridajes.

En concreto, las variedades de Cava se dividen en Brut, Extra Seco, Seco, Semiseco y Dulce. Las analizamos para que puedas escoger la que más te interese:

Cava Brut

Se denomina así al cava cuya concentración de azúcar nunca supera los doce gramos por litro. Durante las fiestas navideñas lo elegiremos como vino de entrante, para acompañar principalmente a los aperitivos. Si son frutos marinos, resultará más adecuado un Brut Reserva de toques afrutados, mientras que como acompañamiento de un buen jamón ibérico o una degustación de quesos, tenderemos al Brut Nature, más neutro.

Cava Extra Seco

En este caso, la concentración de azúcares por litro de producto asciende hasta una escala de entre doce y diecisiete gramos. Este cava parece diseñado ex profeso para acompañar las carnes rojas de marisco, como los carabineros o el buey de mar, aunque también es perfecto para aclarar la garganta con un arroz a la marinera. Además, este cava se comporta en boca como un buen desengrasante, por lo que depurará el paladar de cara al siguiente plato. Estas navidades lo serviremos, por tanto, entre el primer y segundo plato.

Cava Seco

Aumentamos ahora la escala de azúcares hasta una horquilla de entre diecisiete y treinta y dos gramos por litro. Estos cavas, más neutros, aceptan un mayor abanico de maridaje, pero tenderemos a acompañarlos de platos con un sabor más suave, como una crema, platos vegetales etc. Ya que, al no ser platos tan sabrosos, permitirán hacer brillar con el mismo cuerpo a un cava más joven.

Cava Semiseco

Atención diabéticos, nos acercamos a terrenos pantanosos, porque este cava puede llegar a alcanzar los cincuenta gramos de azúcar por litro. Por su notable dulzura, podemos emplearlo de forma versátil, bien para confrontar el exceso de acidez de algún plato, o bien para vincularlo con la dulzura de una elaboración agridulce. De este modo, podemos acompañarlo de platos exóticos, o de frutas ácidas como la lima.

Cava Dulce

A nadie a de extrañar, conociendo su nombre, que esta variedad de cava supere los cincuenta gramos de azúcar por cada litro de producto. Al igual que solemos hacer con el orden de los platos, tenderemos a reservar el cava dulce para el final, junto a los postres, salvo que deseemos combinar la dulzura de una carne asada con frutas pasas con la de este vino. También combina bien con un contraste ácido, al rebajarlo, como en los ya extendidos sorbetes de limón al cava.

Bien, ahora que ya sabes más sobre el origen y variedades de este apreciado vino… ¿qué cava vas a elegir para maridar con la celebración de estas navidades?

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