Cómo servir correctamente un vino de calidad

El vino es un producto tan antiguo casi como la propia humanidad. Se cree que el primer vino se produjo en el Neolítico, hace más de 5.000 años. No obstante, desde aquella época, la manera en la que se sirve y se consume el vino ha ido evolucionando hasta llegar a excepcionales niveles de perfeccionamiento que permiten apreciarlo en su óptima condición.

Por eso, suele ser uno de los productos que no suelen faltar en los lotes de navidad gourmet. Si este año te ha sobrado alguna botella y quieres apreciarlo como es debido, a hoy te contamos cuáles son las mejores maneras de servir un buen vino.

¿Cuál es la mejor manera de servir un vino?

Aunque servir vino pueda parecer algo sencillo, lo cierto es que no todo el mundo sabe cómo servir vino correctamente, para lo cual, es necesario seguir un protocolo. El descorche, la manera en la que se sirve el vino o la elección de la copa adecuada influyen en la percepción que tenemos del vino al beberlo.

Así pues, a la hora de servir un vino, el protocolo no es un capricho, sino que se trata de un ritual de servicio que, además de proporcionar unas connotaciones psicológicas de exaltación al vino, sirve principalmente para poder disfrutarlo en toda su plenitud.

¿Qué se debe tener en cuenta para servir un vino?

Si quieres dejar boquiabiertos a tus invitados cuando los invites a casa, seguro que te estás preguntando cómo servir un buen vino. Por eso, a continuación te traemos un recopilatorio con los factores que debes tener en cuenta a la hora de servir un buen vino.

El orden del vino

Si tu empresa os ha regalado este año lotes con vino y quieres servirlo en alguna comida o cena especial, lo primero que tienes que saber es que los vinos deben convertirse en el mejor acompañamiento en el aumento de la intensidad del sabor de los platos para compensar el maridaje. Generalmente, primero van los blancos y después los tintos, y siempre de más jóvenes a más viejos, de más secos a más dulces y de más modestos a más nobles.

Descorche

Es importante que antes de abrirlo, no muevas la botella en exceso para evitar que los posos naturales del vino se queden en suspensión. Corta la cápsula que protege la botella justo por debajo del recoge gota, clava el sacacorchos en el centro, pero procurando que no se rompa. No lo atravieses hasta el fondo por completo, ya que pueden caer trozos de corcho en el vino. Luego, gira el corcho, retíralo y limpia el cuello de la botella por si hubieran quedado restos.

Decantación y oxigenación del vino

Aunque los vinos jóvenes pueden servirse inmediatamente cuando se descorchan, los vinos de Reserva y Gran Reserva o vinos viejos, requieren de un tiempo de decantación. Los vinos de Reserva y Gran Reserva porque tienden a dejar cierto aroma a humedad, lo que puede aparecer durante la degustación si no se airean. Y los vinos viejos porque casi siempre suelen tener posos o partículas precipitadas en el fondo de la botella, lo que puede resultar molesto en boca. Si los dejamos reposar unos minutos, las partículas se decantarán y evitaremos que pasen a la copa.

Temperatura

La temperatura a la que se sirve el vino es fundamental para poder apreciar todos sus matices y aromas. Los vinos de autor y tintos gran reserva deben estar entre los 16 y los 18°C; los tintos jóvenes entre los 12 y los 14°C; los tintos crianza entre los 14 y los 17°C; los vinos dulces y los blancos con crianza de barrica entre los 10 y los 12°C; y los rosados y blancos jóvenes entre los 7 y los 10°C.

Copa

No vale con cualquier copa que tengamos en casa, sino que tiene que ser ligeramente cerrada por la parte de arriba, de manera que los aromas no se escapen y puedan apreciarse, tanto en tranquilos como en vinos espumosos. Además, es muy importante que tenga el tallo largo y que el cristal sea liso y de bajo espesor.

Cantidad

Aunque no es fácil dar una medida estándar para servir la cantidad de vino adecuada para cada copa, por regla general se suele llenar un tercio de la misma o incluso menos cuando se trata de vinos blancos. No obstante, si las copas son más pequeñas, como las de vinos generosos o espumosos, puede llenarse algo más.

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