Dónde y cuándo se origina el turrón

Sí, todos hemos probado en alguna ocasión ese dulce tan típico que culmina los banquetes de las fiestas navideñas, pero no todos nos hemos preguntado alguna vez sobre el origen del turrón.

De Jijona, de yema, de guindas… en realidad existe un sinfín de variedades de este producto tan tradicional, aunque hay disputas respecto a si todos ellos se pueden o no considerar turrón. Técnicamente, consideramos como turrón tradicional a la masa obtenida de mezclar miel cocida con almendras peladas, posteriormente amasada y cortada en forma rectangular o circular. Pero, si este es el que consideramos turrón tradicional… ¿de dónde procede dicha tradición?

¿El origen del turrón será griego?

Es difícil establecer una clara línea histórica en la elaboración de este producto. Los primeros vestigios sobre el aprovechamiento de la mezcla de miel y almendras, se remontaría a la época de la Grecia Clásica.

En la antigua Hélade, el deporte era uno de los principios fundamentales que constituían sus sociedades como elemento común, junto a la lengua y la religión. El culto al cuerpo como elemento filosófico provocó la creación de los primeros gimnasios y competiciones deportivas como Las Olimpiadas. Es durante estas celebraciones donde se enmarcan los primeros datos referentes al consumo de esta mezcla de miel y almendras. Esto se debe a que se trataba de un alimento hipernutritivo que ayudaba a los atletas a obtener energía de forma rápida.

Además, contaba con otra gran ventaja en una época sin neveras ni congeladores: este supuesto antecesor del turrón posee mucha durabilidad, lo que permitía almacenarlo y transportarlo sin problemas. Sin embargo, las fuentes son difusas y no ofrecen demasiados detalles sobre su método de elaboración, sus proporciones o su aspecto final. Por ese motivo, cabe descartar a Grecia como lugar de origen del turrón.

¿Quizás el origen del turrón es árabe?

Como hemos mencionado, es poco probable que el turrón tal y como lo conocemos actualmente proceda directamente de Grecia. Hipotéticamente, podríamos plantear que esta costumbre gastronómica fue exportada por Grecia a Egipto y la Península Arábiga durante la conquista macedónica de Alejandro Magno en el S.IV a.C. Allí pudo quedar la tradición de consumirlo y, con el tiempo, podrían haber ido surgiendo diferentes variedades o perfeccionando su fabricación, pero… ¿cómo pudo llegar hasta nuestro país?

Pues bien, tendremos que esperar once siglos, hasta la conquista islámica de la Península Ibérica en el S.VII d.C. Durante los ocho siglos de permanencia islámica, se produjeron importantes importaciones culturales y tecnológicas. Muchas de nuestras palabras, como aceite, alcohol o gandul, proceden de esta época de dominación, por eso sorprende que la palabra “turrón”, sin embargo, no lo sea. Esto podría poner en duda la teoría de que este dulce fuese otra de estas importaciones arábigas, pues la palabra posee una raíz indoeuropea que significa “secado al sol”. Probablemente en la Península Ibérica ya se conociese esta mezcla de miel y almendras secadas al sol desde la época romana que, a su vez, fuese traída de Grecia. Sin embargo, todo apunta a que la cultura árabe incorporase una receta perfeccionada que daría como resultado el producto que conocemos hoy en día.

Cómo aprovechar el turrón que ha sobrado de las Navidades

Sin duda alguna el origen del turrón es español

Ya dentro de nuestras fronteras es algo más sencillo entablar una relación entre el turrón y su evolución en España. Una de las primeras fábulas cuenta cómo el artesano llamado Turró, elaboraba unas obleas de almendras y miel que propuso como solución a las épocas de hambruna, por su fácil conservación.

Pero lo cierto es que, siendo históricamente más objetivos, el primer lugar donde comenzó a elaborarse el turrón, turrón, fue en Jijona, Alicante. Existen varias historias sobre cómo pudo comenzar este vínculo…

Una de ellas cuenta cómo la hija del Rey Jaume I, y esposa del rey Alfonso X el sabio, estando en Alicante reposando para recuperar su fertilidad, estaba muy triste por su soledad. Para paliar su tristeza, se plantaron almendros en la zona para que, al florecer, alegrasen a la joven reina. Con el tiempo, se comenzaron a aprovechar las almendras que estos árboles ofrecían y a mezclarlos con la miel traída de la cercana localidad de Muchamiel. Con esta mezcla se elaboraban tortas y, para que la reina no manchase sus manos con la pegajosa mezcla, se colocaban entre dos obleas. Este sería considerado el origen del conocido como “Turrón de Alicante”. Entretanto, un día de verano, un comerciante de Jijona oyó hablar de estas tortas y quiso llevar algunas a su ciudad para venderlas allí. Pero con el fuerte calor del verano y el traqueteo del viaje, terminaron aplastadas . Cuenta la leyenda que, ni corto ni perezoso, dio a los Jijonenses las machacadas tortas como genuino turrón y, al tratar sus paisanos de emularlas, crearon, sin pretenderlo, la variedad conocida como “turrón de Jijoma”.

Sea como fuere, de lo que sí tenemos constancias es de que, a mediados del S.XVI, es esta última variedad la que se reconoce oficialmente como Turrón y, al menos en aquella época, se consideraba un producto propiamente Jijonense.

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